miércoles, 26 de agosto de 2009

"Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío"...

8 de diciembre de 1971, fue mi primera despedida: "la yoyega", mi amiga de la secundaria, partió muy lejos y para siempre. El avión despegó y un nudo en mi garganta marcó el último adiós.

Ocurrió en la adolescencia, cuando las emociones están a flor de piel y brotan como agua de manantial, invadiéndonos de sentimientos muy profundos.
El ticket de aeropuerto de aquella partida aún lo conservo como un preciado tesoro, al igual que todas sus cartas acumuladas a través de los años. Si bien los recuerdos se guardan en el corazón, es necesario a veces recurrir a ciertos "souvenirs" para rememorar emociones.
Es por eso que hoy a la distancia, quiero desearle a esta amiga un "sinfin de felicidad" que logre destronar alguna vieja tristeza escondida...

Tery, con todo el cariño de entonces te regalo este recuerdo, que refleja claramente lo que sentimos alguna vez y que aún perdura en el tiempo...

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